El yoga es: “la senda que cultiva el cuerpo y los sentidos, refina la mente, civiliza la inteligencia y halla su descanso en el alma” –BKS IYENGAR
El propósito central del Yoga es lograr un estado de tranquilidad y de lucidez alerta que trascienda los vaivenes de la mente habitual, logrando alcanzar una paz interior consistente que no sea fácilmente derribada por los vientos mentales, por lo que la práctica regular es una herramienta importante en la prevención y tratamiento de adicciones.
Según una investigación en Takiwasi, un Centro de Rehabilitación de Adicciones y de Investigación en Medicina Tradicional Amazónica, que se realizó con 23 pacientes de 18 a 52 años, los cuales realizaron una práctica de Yoga dos veces por semana durante un año y medio, experimentaron cambios tanto a nivel físico como psicológico.
Beneficios físicos de la práctica de Yoga de los pacientes en rehabilitación:
- Aumento de la flexibilidad
- Alineación de la postura, “andar más derecho”
- Conciencia Corporal “estar más en el cuerpo”
- Aumento de la capacidad de relajarse
- Aceptación del propio cuerpo con sus limitaciones
- Mejora en la capacidad respiratoria
- Alivio de dolores crónicos
Beneficios Psicológicos:
- Aumento de la confianza en sí mismo, Auto-aceptación
- Bajar la energía mental, despejar la mente, lograr calma mental
- Sentirse más centrados, más equilibrados psicológicamente
- Canalizar energía negativa, botar malos pensamientos
- Aumento de fuerza de voluntad, determinación
El yoga entonces, es una herramienta útil para el tratamiento de adicciones ya que involucra concentración, cultivo de la paciencia, conexión con la espiritualidad, actitud positiva hacia la vida y aumento de la tolerancia a situaciones difíciles, tal como lo describen los propios pacientes, incorporando gradualmente conciencia en sus actos y aumentando la capacidad del paciente de estar presente, aceptarse a sí mismo y tolerar la frustración.
Algunas frases de los pacientes:
“[el yoga] Me ha ayudado a vencer mis propios miedos y mis limitaciones, que no soy un perdedor como pensaba antes, sino que tengo todo para triunfar (Willie, 19 años)”.
“He tenido vergüenza de mi cuerpo, por eso la cocaína ha sido una muleta para vivir”.
“Con el yoga he empezado a trabajar sobre mi cuerpo, a tomarlo en consideración”.
“El yoga también me enseñó a quererme a mí mismo, o sea valorar y amar mi cuerpo y no maltratarlo en el futuro, a tratarlo con cariño (Oscar, 40 años)”.
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