Alejandro Arango M.

La difusión del yoga por el mundo tiene mucho que enseñar al desarrollo humano en general.  Para analizar en concreto algunos de estos aportes es pertinente referirnos a la labor realizada por A.C. Bhaktivedanta Swami durante la década de los sesenta; y,  particularmente dentro de sus enseñanzas a las relacionadas con lo que se conoce como “Gurú-Sisya- parampara” o la enseñanza basada en un cuidadoso desarrollo de la relación maestro estudiante en sucesión discipular. 

Para analizar este fenómeno hablaremos de las características propias de la difusión del yoga. Luego analizaremos lo que implica hablar de “desarrollo humano”, a continuación pasaremos a caracterizar el mencionado sistema “Guru Shishya Parampara” para terminar con el ejemplo de la misión de Bhaktivedanta Swami.

Características propias de la difusión del yoga. 

Lo primero es entender que para que tal proceso educativo se dé hace falta que esté alejado de influencias nocivas de intereses que poco tienen que ver con el sano desarrollo humano. Con esto nos referimos a agendas alejadas de intereses políticos, de poder o explotación. Y aunque esto pueda parecer imposible de lograr, lo cierto es que en el contexto del yoga y del swami se puede identificar un alentador ejemplo. Por sus propias características alguna parte de las dinámicas de formación en yoga se habían mantenido (y aún ahora) en una escala pequeña y personal fuera de la centralización o el deseo de expansión proselitista o colonizadora. Es así como este swami, que desembarcó en Estados Unidos en 1965, no venía en representación de ninguna poderosa institución transnacional ni buscaba hacer alianzas políticas ni alcanzar poder jerárquico en la sociedad (Satsvarupa, 2017), dándole transparencia a su labor.