Segunda entrega de la saga de La Revolución de la Cuchara presenta la figura de nuestro enemigo claramente dibujado y mucho más cerca de nosotros de lo que pensabamos. Con ejemplos directos se pone de manifiesto el juego de nuestras acciones y la interacción con lo que nos rodea. No se puede emprender un proceso serio que se haga llamar “revolucionario” en el sentido de los buenos ideales, sin conocer primero lo que esta pequeña revista tiene para enseñarnos.